De
la forma más autóctona posible los nuevos muñequitos de Inglaterra
no paran de zarpullir todas las zonas terrenales del mundo mundial en
las que se les permiten estar. Los chavales en cuestión, conocidos
comúnmente como One Direction, encaran cada uno de sus trabajos
discográficos (mmm ¿cuántos tienen?) con la parte más izquierda
del dedo izquierdo del pie izquierdo a la vez que deciden
auto coronarse como los Justin Biebers europeos y aún más, SER
CINCO, que es lo peor de todo. Es como tener a cinco autistas
hiperactivos todo el día detrás de la radio, porque aunque
personalmente tampoco tenga gran cosa en su contra, lo que la
realidad enmascara tras multitudes de canciones rítmicas a la par
sin saber la diferencia entre la última y la anterior es que, sin
ningún lugar a dudas y sin que sirva de precedente y así buscando
por la red (como quien no quiere la cosa) el primer vídeo que sale en
los resultados de Youtube los elevan hasta la fibriliante cantidad de
353.450.591 visitas. Sí, todos sabemos (o deberíamos, por
escucharlo como noticia en un telediario español) que hay circulando
vídeos de un tal coreano bailando la danza del caballo con bastante
más apuje y existo en el reflejo de usuarios que
invirtieron/invierten/han invertido más unas cuantas formas verbales
más la penumbra cantidad de 1.449.027.550 visitas, en probablemente
menos tiempo. Y ÉSA ES LA CLAVE DE TODO, que obviamente no la vengo
a descubrir yo, pero entonces me planteo ésta serie de preguntas:
·¿Es
la música actual un reflejo de beneficio por encima de todo?
·¿Es
este dicho producto proclive a no entender la música en su esencia
precisamente porque vende algo que no es música sino ruido
comercial, que seamos sinceros, a todo el mundo nos puede llegar a
gustar o atraer en cierto momento del día?
·¿Son
los artistas del pasado (los que murieron ciertamente por sus
fantasmas, los que no se tuvieron muy en cuenta en su día, los locos
emocionales, los incomprendidos, los auténticos, los sufridores...)
las verdaderas joyas de la música (sin ir más allá, Amy Winehouse, por ejemplo)?
Dejando
el post & finalizando, lanzo mi conclusión en forma de actuación
''musical'' de la última joya de la corona (ironia mode on): One way
or another, de Blondie.
Ay,
no, disculpádme, de One Direction.